Estamos en el mes de agosto, y los ritmos cambian; para lo que dependen del turismo estamos en época punta, pero para la mayoría es época de vacaciones. Para la mayoría de las familias empresarias las urgencias del día a día para sostener la empresa elimina la dedicación a la temática familiar de la empresa familiar. A veces esta posposición es debida a no tener que hacer frente a temas en los cuales la carga sentimental puede ser elevada o que pueden llevar a discusiones con personas de relación estrecha.
Una de las características definitorias de las empresas familiares es la vocación de continuidad, y las vacaciones pueden ser un buen momento en las que, alejados de las presiones diarias, poner las luces largas y empezar a pensar en el futuro de nuestra familia empresaria. Futuro quiere decir pensar a escala generacional: en los hijos, e incluso en los nietos.
El futuro es incierto, pero lo estamos construyendo hoy. Hay quien lo deja en manos de los designios divinos, y hay quien lo planifica; pensando, como dijo Peter Druker, que “planificar no es pensar en las decisiones de mañana, sino en las consecuencias que mañana tendrán las decisiones de hoy”.
La planificación del futuro de la familia empresaria tiene una sistemática en la que un externo con experiencia puede ayudar a hacer el camino, pero es cada familia empresaria la que ha de dar su respuesta a los retos.
La primera cuestión es tener claro porque continuar con a empresa. ¿Por qué no vendemos o cerramos?, continuar es una opción no una obligación. ¿Por qué lo hará la siguiente generación? En caso de continuar ¿todos juntos? ¿el dividendo per cápita en la próxima generación se mantendrá? La puede fortalecer la empresa. En caso de continuar se tendrán que planificar diversas cuestiones.
¿Cómo implicaremos a los continuadores, sin coartar su capacidad de decisión libre? ¿cólo los formaremos en los conocimientos y habilidades necesarias para sus roles como trabajadores, directivos, gobernadores o propietarios? ¿Cómo profesionalizaremos a las personas, sistemas y estructuras de la empresa y de la familia? ¿Cuál ha de ser el modelo de relaciones bidireccionales entre la empresa y la familia?, es decir, ¿qué puede esperar la familia de la empresa? y ¿Qué está dispuesta a hacer la familia por la empresa? ¿Cuáles son las normas que han de regir esta relación?
Finalmente, y no menos importante: ¿Cuál es la planificación de los diferentes relevos? ¿quién dirigirá el día a día de la empresa? ¿Quién la gobernará decidiendo la estrategia y quien la lleva a la práctica? ¿de quién será la propiedad? ¿Quién liderará la familia? En el fundador estas cuatro funciones suelen coincidir en la misma persona, con lo que fácilmente se olvida que son diferentes. Toda planificación requiere establecer hitos con calendario.
No pretendo con estas reflexiones arruinar las vacaciones a nadie, pero estas pueden ser un buen momento para pensar tranquilamente sobre la continuidad de nuestra empresa familiar, poniendo hilo a la aguja, para empezar a ponerse en marcha a la vuelta. FRESCAS Y REFLEXIVAS VACACIONES !