IMPLICAR (EXPANSIÓN 4/8/23)

Sabeu aquell que diu que el fundador de una empresa familiar dijo “yo sí que se cómo implicar a mis hijos, les doy 500 euros por cada reunión a la que asisten, y mil si no asisten”. Y es que uno de los principales retos para la continuidad de las empresas familiares es la implicación de las siguientes generaciones, el que tengan interés por continuar siendo propietarios de ella. Porque el resto de cuestiones: trabajo, dirección y hasta gobierno, se pueden subcontratar, pero la propiedad no.

En las empresas hay personas que participan y otras que están implicadas. Es como en un plato de huevos fritos con beicon; la gallina participa, el cerdo está implicado. Los participantes son condición de no fracaso, los implicados requisito para el éxito.

El grado de implicación está en función de la motivación. La motivación extrínseca depende del premio o castigo que se recibe del exterior. La motivación intrínseca depende de uno mismo, y satisface deseos no materiales. La motivación trascendente es la que mueve a actuar por las consecuencias en otras personas. Cuanto más trascendente es la motivación mayor es el grado de implicación. A aquellos que dicen que el principal motor de los negocios es hacer dinero (motivación extrínseca) les conviene ver en youtube la entrevista de Jordi Ebole a Cristóbal Colón (de la Fageda, no el descubridor de América).

En la empresa familiar, al igual que hay que lograr la implicación de las personas clave de la empresa, hay que obtener la implicación de los miembros de la familia. Ello no quiere decir necesariamente que trabajen en la empresa, pero sí que quieran seguir como propietarios.

La implicación significa luchar contra el demonio de la desafección, del desinterés hacia la empresa familiar, que ataca especialmente a los que no trabajan en la empresa, sobre todo en las nuevas generaciones. Estas tienen una formación y unos conocimientos mucho más amplios que las precedentes. Su abanico de posibilidades es incomparablemente más extenso. Además, pueden haber vivido con menos necesidad de sacrificio.

La implicación no se logra por arte de magia, sino como consecuencia de la transmisión de valores e ilusión. La implicación se puede planificar, respetando la libertad de elección. El orgullo de pertenencia es un gran potenciador de la implicación. Hay que ser conscientes del grado de implicación real de cada miembro de la familia por la empresa. Y de las ventajas e inconvenientes de ser familia empresaria que se transmite.

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