Publicado en viaempresa el 5/10/18
Tal vez Matusalén no vivió los 969 años que dice Génesis 5.20, pero basta con leer las esquelas para ver que la población está envejeciendo. La esperanza de vida al nacer, en España, ha pasado de 44 a 83 años en un siglo. La población de más de 65 años pasará del 19% actual al 34% en 2050. Debido en parte al aumento de la esperanza de vida, y en parte a la caída de la fecundidad como consecuencia de la incorporación de la mujer al mundo laboral y a factores sociales y culturales; y sobre todo a la mejora en la higiene y los antibióticos que han hecho innecesario tener tantos hijos como hace un siglo.
Este fenómeno demográfico coincide con la aún creciente expansión de la población juvenil en África, que puede en parte suplir la caída de juventud nacional Al respecto lo que hace falta es crear un flujo ordenado desde los países de origen el los que se les dé una educación en el idioma y las costumbres que faciliten su integración, y una formación en las habilidades necesarias para ser productivos. Para reducir al máximo el riesgo de ser recibidos con hostilidad, porque el reto no es la inmigración sino la integración. Casi el 50% de las empresas de Fortune 500 fueron fundadas por inmigrantes o sus hijos.
Se habla mucho de como afectara todo esto a las pensiones y al sistema asistencial. Hay quien dice que al igual que las predicciones de Malthus de que el aumento de la población llevaría a hambrunas, tampoco se cumplirán las consecuencias de la catástrofe del invierno demográfico, ya que la robótica y la inteligencia artificia permitirán superarlas. Llevándonos, además a un mundo en el que deberá haber una pensión general y libertad de consumo de estupefacientes, para contentar a una población ociosa. El objetivo de la civilización no es el crecimiento económico. Éste es un medio para alcanzar una mejora en el bienestar, en la cualidad de vida.
Este envejecimiento de la población lo supone también de la mano de br, lo que crea el reto a las empresas que habrán de esforzarse para retenerlos y reciclarlos. Porque va creciendo el número de personas en edad avanzada, carentes de las capacidades de los más jóvenes.
Una esperanza de vejez más prolongada, relativamente sana de forma inicial, precisa de una mayor seguridad económica. Esto puede retrasar la herencia económica y en la sucesión en el poder en la empresa familiar. Por cierto, que si queremos paliar este problema sin morirnos tenemos el pacto sucesorio (art 431 código civil caalan). La serie de televisión “Successions” ayuda a reflexionar sobre este tema
Cada vez son más las familias en las que conviven mayor número de generaciones. A algunos se les puede pasar el arroz esperando el relevo. En la familia real inglesa Isabel II 92 años, su heredero Carlos 69, el heredero de ésye Guillermo 36 y su hijo Jorge 5
Otra cuestión demográfica es el aumento de la poligamia sucesiva, con lo que el numero de integrantes de la misma generación y rama descendientes de diferentes progenitors vivos es creciente. Esto puede dificultar la transmisión de valores de la familia empresaria, lo que es uno de los elementos que ayudan a garantizar la continuidad de la empresa familiar.
El número de integrantes de las próximas generaciones será inferior al de las precedentes. ¿Habrá un numero suficiente de capacitados en interesados en la continuidad de la empresa familiar?
Comparte este artículo a través de tus redes sociales: