Saben aquell que diu que en la contabilidad las existencias se conocen como inventario porque pueden estar inventadas. O aquell altre de que la contabilidad es muy fácil, porque el activo y el pasivo siempre suman lo mismo, hagas lo que hagas.
La contabilidad es la ciencia o arte, según como se utilice, que permite medir y controlar las operaciones y situación económica de una empresa o entidad. Sus dos principales resultados son la cuenta de explotación o de pérdidas y ganancias, y el balance de situación; documentos que deben ser aprobados anualmente por la propiedad y que sirven de base para el pago de impuestos de sociedades y patrimonio.
La cuenta de explotación permite analizar las operaciones durante un periodo determinado y sus resultados, e interesa principalmente a la dirección de la empresa; intenta reflejar la dinámica del negocio. El balance es más como una foto fija que muestra el activo (lo que tiene la empresa) y el pasivo (lo que se debe); al activo y el pasivo suman el mismo valor mediante los resultados del periodo reflejados en “la última línea” de la cuenta de explotación; e interesa principalmente a la propiedad de la empresa.
Una herramienta muy útil es el denominado cuadro de origen y aplicación de fondos, mediante el que se analizan las variaciones en el balance durante un periodo. Los libros de sumas y saldos y el libro mayor permiten un análisis detallado del balance. Hay otros libros auxiliares como el de inventarios.
La contabilidad no es una ciencia exacta, hay margen de interpretación en la aplicación de las normas contables; así por ejemplo un activo se puede depreciar a diferentes velocidades. Por eso uno de los principios es el de mantenimiento de los criterios contables, y se ha de reflejar en la memoria que acompaña a las cuentas anuales los cambios de criterio. Los cambios de criterio permiten cambiar el color de la última línea (negro = beneficios, rojo = pérdidas).
La contabilidad no refleja necesariamente el valor real. Así por ejemplo un edificio del Paseo de Gracia de Barcelona construido a mediados del siglo XX y no reformado puede valer contablemente cero al estar totalmente amortizado (el valor del suelo no se deprecia).
Es muy importante que los propietarios de las empresas familiares, trabajen en ellas o no, sean capaces de comprender las cuentas que aprueban en la junta. Que sepan distinguir beneficios de caja.