Publicado diario EXPANSION 23/11/2015
Las ciudades de hoy en día compiten entre si para atraer inversiones y rentas. Barcelona lo hace a nivel internacional.
El retail (comercio y hostelería) representa en Barcelona ciudad el 19% del valor añadido bruto, el 26% de las empresas y el 33% de los puestos de trabajo, según los últimos datos ( ya superados).
La administración municipal, es poco business friendly:
1. Ha desaparecido el dialogo: los operadores comerciales se enteran de las acciones y proyectos de la casa Grande que les afectan en la prensa.
2. Los top manta han llegado a ser considerados economía informal por la máxima autoridad municipal. Las calles del centro de la ciudad y los andenes del metro son conocidos como las Galerías Colau.
3. Por Navidad: tratar de retrasar la iluminación navideña para este año, con la intención según parece de ser sustituidas por caga tíos y chocolatadas en 2016. Eliminar la fiesta de fin de año perdiendo un gran motor de atracción turística en esas fechas. Suprimir la pista de hielo de Plaza Cataluña.
4. Descartar, sin dialogo alguno, las olimpiadas de invierno; dudar sobre el Mobile World Congress y la Formula 1. Motores de acción del turismo internación de alto valor adquisitivo.
5. Llevar a cabo el día sin coches un sábado (7/10), disuadiendo a muchos compradores a acercarse al centro el día comercial por excelencia. Beneficiando a los centros comerciales, en contra del comercio de barrio y del centro de la ciudad.
6. Aplicación del silencio administrativo automovilístico para autorizar una gran superficie textil en el Paseo de Gracia.
7. La ya conocida paralización de las licencias hoteleras. No podemos permitirnos la perdida de proyectos como el Four Seasons, que es de máximo nivel internacional.
8. La no solución de la nefasta nueva regulación de terrazas de los bares dejada como un regalo de despedida del gobierno de Trias.
9. Sustituir los ya arraigados premios Millor Botiga del Mon por el poco atractivo Comerç de Barcelona.
10. Por último, y no menos importante situar inicialmente el nivel de comisionado y no de regiduría la responsabilidad sobre el comercio.
Confiamos en que la solución última a este punto lubrique las relaciones entre la administración y retail, ya que en otro caso quizás tocaría exigir a la coalición Junts pel Si, que hagan una de Junts per Barcelona y tomen el control del Ayuntamiento, porque parece que lo correcto para evitar que el PP gobierne la ciudad de Madrid, no sea lo correcto hacerlo con Barcelona en Comú, con menos regidores en nuestra ciudad.
En cualquier caso, los retailers barceloneses tendrán que trabajar duro, ser prudentes y mantenerse unidos.