RELEVO Y PROFESIONALIZACIÓN EN LA EMPRESA FAMILIAR (El Heraldo de Aragón 7/5/23)

“Relevo y profesionalización en la empresa familiar” es el título de la mesa redonda que moderé el pasado 13 de abril en la Cámara de comercio de Zaragoza, en la que participaron varios empresarios, que tuvieron la generosidad y valentía de compartir sus historias e inquietudes respecto a ambos temas. Estos ejemplos no se han de tomar como modelos de buena o mala gestión, sino como ayuda a la reflexión a que es lo más adecuado para el relevo y la profesionalización de nuestra empresa familiar.

Diego Sanz Ejarque, segunda generación de Arte-Miss, explico la historia de este grupo de academias de formación en peluquería y estética, el más antigua de España, que ha formado a más de 33.000 personas, de las que ha surgido el 10% de las empresas del sector en España. Sus progenitores iniciaron la actividad en 1968. El crecimiento de las exigencias normativas para la actividad formativa, han obligado a profesionalizar la empresa. Su hermana y el decidieron seguir en parte condicionados por el pronto fallecimiento del padre; desde pequeños el tiempo libre lo pasaban en la empresa familiar. “Me ha tocado y al final haces que te guste”. El contacto con las personas da una motivación importante, tener como clientes a nietos de los que fueron. Nunca han repartido beneficios, siempre han reinvertido. La madre ha tenido un perfil de predecesora “embajadora”, es decir disponible para cuando se la necesita, pero sin interferir. Los salarios de los hermanos son iguales. Su hermana estudio empresariales, y a él le hubiese gustado ingeniería, pero estudio derecho porque el padre siempre decía que “nos lo gastamos todo en abogados”, en la empresa les ha sido muy útil. Ejerce como abogado penal en el turno de oficio. La continuidad de la empresa familiar la ven difícil; prefieren que la siguiente generación no tengan que dedicarse para no tener que asumir el nivel de sacrificio personal que ellos tienen; pero su mare también les dijo a ellos que no siguieran y lo hicieron. El esfuerzo que se realiza a nivel sectorial no es reconocido. Es muy difícil competir contra unos institutos públicos que prestan el servicio de forma gratuita. Están analizando la transformación en fundación para que el proyecto pueda continuar.

Francho Valero Echegoyen, séptima generación del Grupo Valerio Echegoyen SA y Echeman SA, compartió los orígenes, tras la guerra de la Independencia, y su larga evolución. Dice que el principal motivo de continuidad han sido los valores de esfuerzo y sacrificio; empezó a los 16 años en verano limpiando calderas, para mamar el negocio. La preocupa la falta de iniciativa de las nuevas generaciones, cree que se ha de incentivar el trabajo en edades tempranas. La sexta generación decidió hacer un protocolo familiar “al uso” regulando las condiciones para incorporación de familiares (vacante preexistente, proceso de selección externo, formación, experiencia) y otras cuestiones. Cree que es una buena herramienta, que requiere esfuerzo en su realización. “Nunca vi a mi padre y tío en casa, siempre trabajado; se pusieron malos cuando se les dijo que harían jornada continua”. La empresa ha de ser atractiva para atraer el talento externo y familiar. Están adquiriendo empresas del sector para que los continuadores se puedan desarrollar en ellas, y evitar que tengan que estar todos juntos.

Pedro J. Canut, primera generación de Coloriuris; para entender que es lo que hacen dice que “somos notarios digitales”, tienen 3 patentes y prestas más de 25 servicios diferentes. Su padre nunca entendió que hacían él y su mujer, que son abogado y economista. Hace 17 años poca gente lo entendía. En la pre y sobremesa familiar hacían los consejos de administración, mientras los dos socios mayoritarios “batían huevos y freían patatas”. Dijeron a sus hijas que hiciesen lo que quisieran, pero que fuesen las mejores en ello. Tanto oírles quejarse del negocio no ha impedido que las dos mayores se hayan incorporado a la empresa, “hemos creado hijas para los puestos vacantes” dice. Uno de los problemas de la empresa familiar es el exceso de dedicación de los familiares implicados. Considera muy importante la confianza que se puede depositar en los familiares. Cada semana hacen reunión de comité de dirección. No recuerda haber tenido que dar nunca un puñetazo sobre la mesa; el equipo está muy implicado, cree que en parte gracias a ser una empresa familiar. Cree que tendrán que hacer un protocolo para evitar choques, principalmente por egos a partir de la tercera generación; hay que tener claro que la empresa está por delante.

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