LIBERTAD DE DECIDIR (El Segre 1/9/22)

Uno de los libros que más me ha impactado es “el hombre en busca de sentido” de Viktor Frank. Se trata de un libro de menos de doscientas páginas tamaño cuartilla. Escrito por el psiquiatra austriaco discípulo de Freud que más se alejo de sus postulados

Sobrevivió a su estancia en los campos de exterminio nazis. Respecto a esta experiencia relata cosas como las siguientes. No sabía si mi mujer estaba viva, ni tenía medio de averiguarlo (durante todo el tiempo de reclusión no hubo contacto postal alguno con el exterior), pero para entonces ya había dejado de importarme, no necesitaba saberlo, nada podía alterar la fuerza de mi amor, de mis pensamientos o de la imagen de mi amada. Todos nosotros habíamos creído alguna vez que éramos “alguien” o al menos lo habíamos imaginado. Pero ahora nos trataban como si no fuéramos nadie, como si no existiéramos. A medida que la vida interior de los prisioneros se hacía más intensa, sentíamos también la belleza del arte y la naturaleza como nunca hasta entonces. Bajo su influencia llegábamos a olvidarnos de nuestras terribles circunstancias. Los que estuvimos en campos de concentración recordamos a los hombres que iban de barracón en barracón consolando a los demás, dándoles el último trozo de pan que les quedaba. Puede que fueran pocos en número, pero ofrecían pruebas suficientes de que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas —la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias— para decidir su propio camino.

Entre sus frases célebres podemos encontrar las siguientes.  La vida no es principalmente una búsqueda del placer, como creía Freud, ni una búsqueda de poder, como lo enseñó Alfred Adler, sino una búsqueda de sentido. La mejor tarea para cualquier persona es encontrarle sentido a su propia vida. El éxito, como la felicidad, es el efecto secundario inesperado de la dedicación personal a una causa mayor que uno mismo.

Nuestra mayor libertad es la libertad de elegir nuestra actitud; es que siempre estamos libres de escoger nuestros pensamientos. Las fuerzas que escapan a tu control pueden quitarte todo lo que posees excepto una cosa, tu libertad de elegir cómo vas a responder a la situación. Cuando no somos capaces ya de cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiar nosotros mismos.

El hombre es hijo de su pasado mas no su esclavo, y es padre de su porvenir. No es el pasado lo que nos detiene, es el futuro; y cómo lo debilitamos, hoy. Las decisiones, no las condiciones, determinan quiénes somos. Lo que llegue a ser una persona -dentro de los límites de sus facultades y de su entorno- lo tiene que hacer por sí misma.

En última instancia, vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ello plantea y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo. No deberíamos buscar un sentido abstracto a la vida, pues cada uno tiene en ella su propia misión que cumplir; cada uno debe llevar a cabo un cometido concreto. Por tanto, ni puede ser reemplazado en la función, ni su vida puede repetirse; su tarea es única como única es su oportunidad para instrumentarla. La vida exige a todo individuo una contribución y depende del individuo descubrir en qué consiste.

La felicidad es como una mariposa. Cuanto más la persigues, más huye. Pero si vuelves la atención hacia otras cosas, ella viene y suavemente se posa en tu hombro. La felicidad no es una posada en el camino, sino una forma de caminar por la vida.

Me acuerdo de Viktor Frankl siempre que al preguntar a las familias empresarias sobre que quieren para la siguiente generación recibo la respuesta de “que sean felices, que hagan lo que quieran”. En la vida tenemos dos formas de ser felices, hacer lo que nos guste, o que nos guste lo que tenemos que hacer. Si nos toca picar piedra podemos convertirnos en constructores de catedrales. Todo depende de si nuestra motivación es extrínseca (dependiente de los demás), intrínseca (interior nuestra) o trascendente (enfocada a otros o a una causa superior).

Por descontado que todos queremos que nuestros descendientes sean felices y puedan decidir con liberta. Pero para eso hace falta conocer las diferentes opciones y sus consecuencias a corto y largo plazo. Si no se conocen los pros y contras, desde los diferentes puntos de vista, de la empresa familiar es difícil que realmente puedan tomar con libertad la decisión de ser continuadores o no de la misma.

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