Empresa es el sustantivo y familiar el adjetivo. Son como el ying yang de la filosofía china: dos energías opuestas (dinero y amor) que se complementan si se trabajan de forma adecuada sus cinco pilares, que en gran parte son dos caras de la misma moneda.
Por lo que respecta a la empresa, el primer pilar es el económico: rentabilidad y crecimiento. La empresa no está sólo para ganar dinero, al igual que no vivimos sólo para respirar; pero se necesita caja para el presente y perspectivas de rentabilidad para el futuro. Para repartir beneficios primero es necesario ganar dinero, y después que este esté en la caja. En las empresas sólo hay un sinónimo de felicidad, y se llama crecimiento. Hay que tener planes de crecimiento atractivos, que toquen de pies al suelo.
El segundo pilar son las personas que trabajan. Una empresa es más que planes y números. Las personas suelen ser un factor clave en cualquier proyecto. La principal fuente de alegrías y desengaños. Hace falta su implicación, ya que hace más el que quiere que el que puede. Y personas quiere decir estructuras, que no han de ser burocráticas (mucho menos con los milenians).
Esto nos lleva al tercer pilar: la profesionalización. De las personas y de los órganos de dirección, gobierno y propiedad. Profesionalización no quiere decir necesariamente externalización, sino utilización de criterios profesionales, por ejemplo para la incorporación, promoción y retribución. Las reuniones familiares alrededor de la mesa están muy bien para transmitir valores y cultura; pero no son la mejor forma de tomar decisiones empresariales cuando se piensa superar una determinada dimensión.
Planificar el relevo en la gestión, propiedad y liderazgo de la familia es el cuarto pilar. Planificar quiere decir establecer objetivos medibles y planes de acción con responsable, hitos y calendario. Y un buen empresario se caracteriza precisamente por la planificación, incluyendo un plan B por si las cosas se tuercen.
Finalmente, el quinto pilar es la comunicación. Por descontado en la empresa, pero también en la familia, incluyendo a los añadidos. Curiosamente en la familia puede ser que haya menos comunicación. Puede haber heridas, miedo al conflicto, información unidireccional. La comunicación se mama, pero también se puede aprender creando los espacios y practicándola.
Una herramienta para dar fuerza a los pilares de la empresa familiar es el protocolo, pero puede ser la caja de Pandora. No se ha de confundir los medios y las finalidades. La de una empresa familiar es continuar como tal, y si esto no es lo más adecuado ser vendida; y en caso de que esto no sea posible cerrar.