Los negocios son una cosa muy seria y el mundo está especialmente serio ahora que salimos de una pandemia y entramos en guerra en Ucrania. Dan ganas de, como la Mafalda de Quino, decir “que paren el mundo que yo quiero bajar”. Por eso necesitamos el buen humor más que nunca. El buen humor puede ser más que un entretenimiento. Rebaja la presión y aflora nuestra humanidad cuando más se necesita. Ayuda a combatir la ansiedad, el estrés, el agotamiento. ¡Y es contagioso! Además, puede ser una herramienta de liderazgo.
El humor define la forma de nuestras relaciones. El buen humor es una forma increíble de conectar y crear cultura. Es una poderosa herramienta para fomentar la conexión entre las personas. La mejor forma de conectar a escala emocional es con humor. La mejor forma de que nos tomen en serio es no tomarnos demasiado en serio.
Cuando se usa correctamente el humor tiene un efecto transformador. Cambia la forma en que pensamos. Cuando los retos son duros y las circunstancias serias, el sentido del humor no sólo compensa la seriedad, sino que además facilita que la razón aparezca. Acercarse a los problemas con humor implica humildad, optimismo y confianza. Utilizarlo talvez no de lez a la cuestión, pero significa que se es capaz de ir más allá, a pesar de ella.
Un sano sentido del humor es parte vital de la respuesta a los imprevistos y a la adaptación a la nueva realidad. Es parte de lo que nos hace humanos; de lo que nos diferencia de los robots. Tiene un impacto profundo en la psicología y en el comportamiento. Viktor Frankl, duperviviente de Auswitch, en su libro “El hombre en busca de sentido” dice que el buen humor es siempre algo envidiable, puede proporcionar el distanciamiento necesario para sobreponerse a cualquier situación; desarrollar el sentido del humor y ver las cosas bajo la luz humorística era una especie de truco que aprendimos mientras dominábamos el arte de sobrevivir en los campos de concentración.
La pérdida del sentido del humor es un problema serio que afecta a las personas, a las organizaciones y a la sociedad. Como niños reimos siempre, después al crecer de repente muchos nos convertimos en gente seria. La ausencia de humor debería de ser causa de preocupación.
El buen humor es un asunto serio en los negocios. Es mágico, puede hacer desaparecer el miedo y la pomposidad, y ayudar a aparecer la creatividad y la resiliencia. Abre la mente a soluciones innovadoras. De verdad, puede ser una de las mayores fuentes de ventaja competitiva. Mejora las relaciones, la creatividad, la colaboración, el liderazgo, la salud física y mental; y las ventas. ¡Pero atención!, hay cosas con las que hay que hacer poca broma; como la contabilidad, en la que las existencias se conocen como inventario, precisamente porque pueden estar inventadas.
¿Por qué no utilizamos más el buen humor? ¿Quién y qué es lo que más me ha hecho reir en la vida? ¿Cuál es la persona más divertida que conozco? ¿Cuándo fue la última vez que realmente reí? ¿Cuándo, cómo y porque fue la última vez que hice reir a alguien en casa, y en el trabajo? ¿Cuándo he comprobado por última vez si hay suficiente humor en mi vida, en mi familia, en mi empresa? La respuesta a estas sencillas preguntas nos puede ayudar a mejorar nuestro buen humor en casa y en el trabajo.
Jesús, en Mateo 5:13, dice “vosotros sois la sal de la tierra. Si la sal pierde el gusto, ¿con que la volveremos salada? Ya no es buena para nada, sino para tirarla y que la gente la pise”. El buen humor forma parte de lo que nos hace ser salerosos, y aportar a la humanidad.
Comotodo, el buen humor se ha de utilizar en la cantidad y momentos oportunos. Como sijo Baltasar Gracian “en la tristeza no hay ninguna oportunidad; lo jovial ha de tener su momento, y la seriedad todo el resto; un grano de gracia todo lo sazona, pero respetando la prudencia y guardando el decoro. Porque la sonrisa hace más amigos que el ceño fruncido”.
Sabeu aquell que diu que un empresario dudaba de la capacidad de su hijo para llevar el negocio agrícola, porque le dijo “arranca el tractor”, y la respuesta fue “padre, ¿Dónde lo has plantado?”; o el del príncipe Carlos de Inglaterra que entra en la notaria y dice “vengo a hacer testamento, quiero dejárselo todo a mi madre”. Y es que asuntos tan serios como el relevo en la empresa familiar se pueden plantear con un inicio de buen humor.
El sentido del humor es la bendición más grande de la humanidad (Mark Twain). Es como los músculos, si no se usa se atrofia.