El pasado día dos tuvo lugar uno de los actos más emblemáticos del mundo empresarial andorrano: el 20avo Fórum de la Empresa Familiar Andorrana, organizado por la asociación.
La jornada empezó con unas ponencias sobre el proceso de integración en la Unión Europea, que probablemente acabara con un referéndum al final del 23. Me recordó la necesidad de que las familias andorranas analicen como afectara a la economía andorrana y a sus empresas en concreto; por ejemplo, en temas como la libertad de circulación o establecimiento. ¿Cuáles son los escenarios? ¿Cuáles son las alternativas de adaptación? ¿Cuál el plan de acción? ¿Qué nuevas oportunidades de negocio, en Andorra o fuera, supondrá? ¿Cómo reaccionara la competencia? ¿Qué han hecho o están haciendo otros en situaciones similares (familias empresarias de Liechtenstein o San Marino, por ejemplo)? ¿Qué opinan las nuevas generaciones de la familia empresaria sobre todo esto?
También se hablo de lo que ya es una realidad: el aeropuerto de Andorra-La Seo. Que reduce el aislamiento, diversifica el turismo y atrae la inversión extranjera. De las posibles rutas a Lisboa, Palma (tienen un 75% de descuento los insulares), Londres. La subvención actual del gobierno es de 635.000 euros anuales, y se considera que tiene un efecto multiplicador y ayuda a posicionar a Andorra como destino de Ocio & Negocio.
Albert y Víctor Grifols, miembros de la cuarta generación, compartieron la historia de su familia empresaria, que empezó en 1909. Hoy facturan 4.933 millones de euros (menos de 500 en el 2002), tienen 23.000 empleados (60% mujeres) y presencia directa en 30 paisos (70% de la actividad en los EEUU). Explicaron su modelo de negocio, basado hasta ahora en el plasma; que se resintió con la covid, lo que lleva a aumentar la orientación en inmunología de la cual se beneficiara Andorra con una inversión de 25 millones en un centro de investigación. Su modelo de negocio requiere “grifolizar” los niveles de calidad (margen de error 0%). Cotizan en bolsa desde el 2006, lo que requiere ser transparente y superar la aversión a abrir la empresa familiar, facilitando la financiación, y la compraventa de acciones para los familiares. El “Free float” actual es del 65%, es decir que la familia sólo conserva el 35% de la propiedad. Ninguno de los dos primos es farmacéutico ni médico, son de ADE. Uno es consejero delegado solidario con un tío, el otro el responsable de investigación y diversificación. Dicen que el éxito de la empresa es fruto de unos valores (ética y compromiso social), hacer cosas inimaginables (como adquirir una empresa 50 veces más grande), y de un poco de suerte. “Mamaron” en casa el espíritu empresarial con la ausencia de los progenitores, que siempre estaban de viaje. Hay primos que no trabajan en la empresa familiar “porque no dan la talla”, o a los que “mataría antes de dejar que tomen decisiones”. No tienen estrategia para que la siguiente generación quiera continuar siendo familia empresaria (es decir, incluyendo en la determinación de la estrategia del negocio); dicen que aún está muy lejos y que no les preocupa mientras la rentabilidad de la empresa sea buena.
El presidente de la asociación, Francesc Mora Sagués comunico que se acaba su mandato de cinco años, y recordó que toda empresa ha de funcionar, pero las familiares tienen el plus de que también tiene que hacerlo la familia. Su repaso de las preocupaciones más allá de la empresa y la familia, que transmitió a los políticos presentes fue larga: la inflación, la energía, el intervencionismo administrativo, la inseguridad jurídica, la vorágine legislativa, la vivienda, las cargas administrativas a las empresas, la competitividad del país, las infraestructuras físicas y digitales, la deuda pública. Hizo especial mención de la hemorragia insostenible de gasto en seguridad social, respecto a los que los aumentos de tributación recuerdan el hervir ranas aumentando lentamente la temperatura del agua. Recordó que la nieve está muy bien, pero que también hay en el Pallars y el Valle de Aran; lo que hace diferente a Andorra es la fiscalidad y el continuo aumento de la presión puede acabar matando a la gallina de los huevos de oro. Finalizo comentando que el país necesita proyectos tractores como el de Grifols y el aeropuerto, que permiten avanzar paso a paso consolidando los progresos.