SOSTENIBILIDAD EN LA EMPRESA FAMILIAR (El Heraldo de Aragón 19/3/23)

Las empresas, sean familiares o no, han de ser sostenibles. Bajo este paraguas se pueden englobar muchos temas, la sostenibilidad es polifacética. Para perdurar la empresa ha de ser sostenible económicamente, es decir que ha de ser rentable, ha de ganar dinero. Puede estar temporalmente en pérdidas, mientras tenga caja, pero a la larga ha de justificar la inversión que ha supuesto. Ha de tener perspectivas de rentabilidad económica futura.

También podemos enfocar la sostenibilidad desde el punto de vista de la RSC (Responsabilidad Social Corporativa) con los empleados y con la sociedad. Esto incluye temas como: el respeto a los derechos humanos en las condiciones de trabajo, respeto al medio ambiente, cumplimiento de la legislación, eficiencia energética y lucha contra la corrupción entre otros.

Las empresas familiares, que son la mayoría, deben además luchar por la sostenibilidad de las relaciones bidireccionales entre la empresa y la familia. Dos realidades en principio opuestas, ya que la empresa busca la creación de riqueza y debe regirse por la meritocracia; mientras que la familia busca la felicidad de sus miembros y debe regirse por el amor. Las urgencias de atender al día a día de la empresa con extrema facilidad elimina la atención a la sostenibilidad de las relaciones entre empresa y familia; se da por supuesto el interés y capacidad de los familiares en relación a la empresa que un día será probablemente suya.

Para que las relaciones entre empresa y familia sean sostenibles es necesario en primer lugar que ésta sepa lo que significa aquella, es decir que la familia entienda lo que es una empresa en general y como es la suya en particular. Es recomendable que la familia tenga claro que el sustantivo es “empresa”, “familiar” el adjetivo; que lo que es bueno para la empresa a la larga es lo mejor para la familia; que lo peor es tratar a la empresa como familia y a la familia como empresa. También es conveniente recordar que los sentimientos que siempre existen en las relaciones humanas, en la empresa familiar se amplifican, para bien o mal, ya que las ocasiones y motivos aumentan; por lo tanto, deben gestionarse los sentimientos.

La sostenibilidad de la empresa familiar depende en parte de la existencia de los adecuados órganos de gobierno en la empresa y en la familia, y de que su funcionamiento sea eficaz. No es lo mismo la empresa del fundador que la de primos. Lo que puede ser una estructura adecuada para el funcionamiento en una generación, puede no serlo para otra. Hay que crear, con anticipación los órganos adecuados a las dimensiones respectivas de empresa y de familia; no es lo mismo una empresa que factura uno que cien millones, ni una familia de cinco o cincuenta y cinco integrantes.

También es necesario comprender la dinámica de la empresa familiar, y saberla gestionar. Los conflictos no sólo es que sean inevitables, sino que son necesarios para el crecimiento de la empresa y de la familia. Los vasos comunicantes entre empresa y familia son una realidad. Hay que prevenir los conflictos para gestionar su intensidad y duración. Puede haber agendas ocultas; la comunicación sincera y empática es esencial. Las parejas pueden ser un aliado insuperable. Un proceso esencial de la dinámica de la empresa familiar es el del relevo. Hay que comprenderlo y gestionarlo, y no solo en el aspecto fiscal.

Para garantizar al máximo la sostenibilidad de la empresa familiar es oportuno que la familia empresaria efectúe su plan estratégico. Este empieza por tener claras las fortalezas y áreas de mejora de la empresa y de la familia. Continua por tener claro el motivo para continuar con la empresa en lugar de venderla, más allá de ganar dinero. El siguiente paso es definir que espera la familia de la empresa y que está dispuesta a hacer por la misma. ¿Se quiere ser empresa familiar o familia empresaria?, porque el orden de los factores si altera el resultado. Si se quiere continuar es clave trabajar la afectación de los continuadores y su formación como propietarios responsables. El plan estratégico finaliza con la determinación de las normas que regularan las relaciones bidireccionales entre empresa y familia, en lo que se conoce como una constitución o protocolo familiar, 

En resumen, son varios los aspectos a los que se refiere la sostenibilidad de la empresa familiar, y de los que la familia propietaria, actual y futura, debe ser consciente y formarse para gestionar de la forma adecuada.

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