NAVIDAD DE NUEVO (Expansión 12/12/18)

Un año más, se acerca la Navidad. La segunda fiesta más importante para los cristianos (la primera es la Resurrección). Navidad es tiempo de frío, recuerdos, familia angustias, excesos, tradición y buenos deseos. Se brinda como los peces en el río; nos sobrealimentamos de comida y afecto. Es época de alegría, de reencuentros y también de consumo. Se acerca el cierre del año para muchas empresas, y es también una buena ocasión para hacer balance personal. Guste o no, es una fiesta con un gran peso religioso.
Hay algunas perdonas que dicen que para ellas las religiones, y aún más sus instituciones, han hecho más mal que bien; de han creído portadores de la verdad. Idealizan una antigüedad que el cristianismo ha reducido llevándonos a la edad media, a la inquisición… Es cierto que en nombre de la relación se han cometido muchos males; pero debe reconocerse que los mayores males se han cometido por sociedades que han negado la existencia de Dios: el nacismo y el comunismo. Y es basándose en la religión cristiana donde surge la libertad de mercado y la democracia. Porque el cristianismo se fundamenta en la dignidad, igualdad y libertad del individuo, y en que hemos recibido talentos para mejorar el mundo.
También hay quien opina que debe evitarse influir en la decisión religiosa de los hijos, dejando que sean ellos los que decidan el “libertad” cuando tengan uso de razón dándoles, en el mejor de los casos, formación -siempre limitada- sobre las diferentes opciones. Como si no educarlos en una determinada fe no fuese ya una forma de dirigirlos.
Escuelas en las que se defiende la presencia de símbolos políticos se persigue de forma despiadada la presencia de los cristianos. Olvidando que en nuestra cultura el cristianismo es anterior a la propia lengua.
Alrededor de la mesa de Navidad se reúnen las familias, y el personal de muchas empresas. Se revive un espíritu y se sobre-dimensionan las emociones. Se pueden conciliar las heridas o hacer más punzantes ausencias.
Parece que cada vez hay más alérgico a la Navidad. Hay lo que se conoce como depresión blanca, más aguda en la gente de más edad, debida en buena parte a la ausencia de algún ser querido, o a tener que aguantar a uno no querido. También puede ser debida a la falta de recursos para estar a la altura de la locura de bolsas, escaleras mecánicas y comidas.
El nacimiento de Dios hecho hombre en pobreza y desamparado lo hemos convertido en una fiesta de consumo e insolidaridad con los otros. Celebremos la Navidad con alegría y consumo, pero prestando también atención a aquellos que fuera de nuestro circulo próximo pasan necesidad de bienes o atención. Navidad es una oportunidad para nacer de nuevo como persona con una nueva forma de ser, pensar y actuar.

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