Para entender la empresa familiar hay que entender a la familia empresaria. Y para esto hay que empezar por entender que es una familia. Todos tenemos una familia, aleatoria que es preexistente y continua, y de la que no nos podemos borrar. Nuestro conocimiento del mundo de la familia se suele basar en las propias vivencias. El hecho de que para formar parte de una familia no haga falta estudios no quiere decir que estas no estén estudiadas. Uno de los mejores libros de divulgación para entender la sistémica familia es el de Salvador Garibay.
“Yo soy yo y mis circunstancias” dijo Ortega y Gasset. Y la más cercana es la familia, el lugar en el que desarrollamos nuestros patrones de conducta. La familia alimenta, protege, educa y da soporte e identidad a sus integrantes, facilitando su individualización y socialización. La relación dentro de la familia no es como con los extraños.
La familia es un sistema que hay que entender como un todo. Si se modifica una de sus partes el comportamiento global se modifica. Las relaciones en la familia no son lineales como en una pelota de billar que choca con otra, sino circulares; es decir que, por ejemplo, la conducta del padre afecta a la de la madres, la de esta a los hijos, la de estos al primero. Y la familia responde a los cambios externos. Viene a ser como un móvil de los que colgamos en el techo de los niños; si soplamos, añadimos o quitamos piezas todo el sistema se reequilibra.
En la familia hay subsistemas como el parental o el materno-filiar. En la familia empresaria el subsistema fraternal es muy importante, ya que en él aprenden a negociar, cooperar y competir. Puede resultar que en la empresa de hermanos lo que se ha mamado no sea la cooperación sino la competición, de entrada, por la atención de los progenitores. Es importante analizar la familia empresaria desde el punto de vista de los subsistemas formados por cada uno de los siete subconjuntos formados por las intersecciones de los tres círculos de interés legítimo: familia, propiedad y empresa. El traspaso de, por ejemplo, familiar no accionista, no trabajador a familiar accionista trabajador puede reequilibrar todo el sistema.
En toda familia hay una jerarquía, unas pautas, unos límites. Cada integrante desarrolla unas funciones y juega unos roles. Hay alianzas y coaliciones. Colaboraciones y rivalidades. Todo esto puede ser explícito o implícito. La familia empresaria recibe un legado cultural de sus orígenes (ver la película Coco), y crea uno nuevo en cada generación. Es un sistema abierto, en constante transformación, en una situación de equilibrio dinámico entre identidad y cambio.
La familia tiene un ciclo de vida que empieza con el establecimiento de relaciones y finaliza con el nido vacío, si bien puede haber escenarios alternativos como el divorcio. En cada fase han de desarrollarse unos hábitos de comunicación, negociación, fijación de reglas… diferentes. La respuesta natural a los cambios es insistir en lo habitual, pero hay que adaptarse a las nuevas circunstancias, sin perder el marco de referencia familiar. El padre no ha de comportarser igual con un hijo infante que con uno adulto.
Los seres humanos somos contadores de cuentos desde que los neandertales se reunían alrededor del fuego tribal. Y las familias crean su historia, con sus valores, fortalezas y debilidades, que les dan identidad e identifican. Cada familia tiene su forma de hacer las cosas. Todo esto de transmite de generación en generación. El peso de la tradición puede dificultar la continuidad de la empresa familiar.
La familia empresaria, al igual que la empresa, tiene una estructura. Ésta puede ser informal y oculta o formal y visible. A medida que aumenta el número de integrantes es más conveniente formalizar la estructura, sin perder la naturalidad de las relaciones familiares. Al ihual que los huesos y el sistema muscular forman una estructura que facilita los movimientos, pero son los sentimientos los que determinan de qué forma cogemos una flor, la estructura familiar no impone como se comporta una familia, pero organizan como funcionar. Para entenderlo puede ayudar ver la película “mi gran boda griega”.
La familia es una historia sin fin que ha de adaptarse a su evolución, imprevistos incluidos. Un externo puede ayudar a prever retos y soluciones, pero es la propia familia empresaria la que ha de construirse su propia estructura y normas, ya que “el consultor pasa y la familia permanece”
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