Si tecleamos en Google “dirección 3D” obtendremos una larga lista de opciones para alinear la dirección de vehículos. Pero esta columna no se refiere al apasionante mundo del motor, si no al aún más de la empresa. En la empresa hay que, por descontado, alinear la dirección, es decir que la ejecución vaya bien encaminada a alcanzar con éxito los objetivos estratégicos, teniendo en cuenta la misión y los valores de ésta. También hay que alinear los intereses de todos los stakeholders (personas con interés legítimo), como pueden ser accionistas, directivos y trabajadores. También podemos pensar en que la dirección de la empresa este centrada en las tres dimensiones básicas: caja, personas y clientes. Pero no se refiere a todo esto la ·dirección 3D”, sino a dirigir la empresa con Desapego, Distancia y Determinación.
Desapego, para ser capaces de dejar atrás lo que convenga. El ser humano es un animal de costumbres, y muchas veces lo que cuesta más es desaprender. Especialmente en las empresas familiares, donde el respeto a la tradición puede ser uno de los valores fundamentales. Si el entorno cambia, puede ser que lo que antes sería como guía o para obtener resultados haya perdido eficacia. La máquina de vapor fue un gran invento, pero ya nadie basa en ella su proyecto empresarial. ¿Qué cambiaríamos si empezásemos de nuevo partiendo de cero? ¿Qué cambiaría un nuevo propietario del negocio?
Distancia, para evitar que el árbol impida ver el bosque. La necesaria gestión del día a día puede impedir tener la perspectiva global y a largo plazo. ¿Estamos luchando para salvar un modelo de negocio que tiene futuro, o que hay que reformular o abandonar? ¿Tenemos en cuenta las consecuencias en otras aras y a largo plazo de las decisiones? ¿Estamos luchando por un negocio que la siguiente generación tendrá voluntad y capacidad de continuar? ¿Estamos capacitando a los continuadores de la empresa familiar como futuros propietarios responsables?
Determinación, para tomar las decisiones necesarias, y para llevarlas a término con eficacia. La lista de escusas para aplazar una decisión puede ser interminable. Y una vez tomada tal ves hace falta tener lo que hay que tener para ejecutarla. En la empresa familiar esta determinación puede significar tener que hacer frente a sentimientos muy arraigados, o a la presión familiar talvez incluso de añadidos (familiares no de sangre). Puede ser difícil discriminar en la propiedad o poder entre integrantes de la familia; por eso en más de una ocasión, si la dimensión de la empresa lo permite, la recomendación es externalizar la dirección y profesionalizar el gobierno.
Los negocios, al igual que las personas, tienen un ciclo de vida. Y dentro de este hay crisis a las que hay que hacer frente. Pero las empresas tienen la oportunidad de renacer, talvez teniendo en cuenta la paradoja del Gatopardo: “si queremos que todo siga igual todo ha de cambiar”. Las familiar empresarias pueden continuar siéndolo haciendo frente a la realidad con Desafección, Distancia y Determinación.
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