CONTINUAR LA EMPRESA FAMILIAR (Regio7 25/11/18)

Una empresa familiar es una empresa en la que una familia tiene la capacidad de tomar las decisiones estratégicas, y en la que hay deseo de continuidad en la propiedad.
La empresa familiar es la columna vertebral de la economía de los países desarrollados. Representa el 68% del PIB y el 68% de la ocupación privada de Cataluña. A menudo, cuando se piensa en empresa familiar, se tiene la idea de una PYME, pero también lo son empresas conocidas como Tous, Encofrados Alsina, Bon Preu, Inditex, Mercadona o El Corte Inglés, entre otras.
Hemos de ser conscientes de que es y de como es una empresa familiar y tener claro como garantizar su máxima continuidad. La primera cosa que hemos de tener presente es que el sustantivo es la empresa, y que familiar es el adjetivo.
Si queremos continuar la actividad empresarial y tener socios hemos de tener en cuenta que la distribución de beneficios puede ser importante y obligatoria en aplicación del artículo 348bis de la Ley de Sociedades de Capital. Otra cuestión muy importante es la responsabilidad de los administradores y consejeros, incluso por omisión en el deber de vigilancia de un diligente empresario. Tampoco podemos olvidar la definición de empresa familiar que hace la agencia tributaria, sus requisitos y condiciones. El 49% de las empresas familiares desconocen que existe un marco tributario especifico para ellas (Sigma 2 para el IEF)
En una empresa familiar hay tres círculos de interés legítimo: propiedad , empresa y familia. Sus intersecciones determinarán diferentes subgrupos. Así, por ejemplo, puede haber accionistas familiares que trabajen en la empresa y los que no trabajan, y los intereses de cada uno de estos subgrupos no han de ser necesariamente los mismos.
Para continuar , es importante gestionar los sentimientos, que pueden venir desde la infancia. La empresa amplifica sentimientos tanto de manera positiva como negativa. Además en la familia empresaria puede haber relaciones intensas con personas ajenas a la familia de sangre, los conocidos como añadidos. Las relaciones con ellos pueden ser muy intensas, y comentarios repetitivos del tipo “mira tu hermano” pueden acabar haciendo mas agujero que una gota malaya.
Lo que es muy importante para garantizar la pervivencia de la empresa es saber combinar el sombrero de empresa y de familia. Empresa quiere decir meritocracia: capacidad, resultados; mientras que la familia es amor: comprensión, soporte. La peor cosa es tratar a la empresa como familia y a la familia como empresa.
Cuando se habla a un empresario del relevo, a menudo responde con “aun tengo buena salud”. Pero un buen empresario se caracteriza por la planificación, y también hay que prever el relevo si queremos garantizar al máximo la continuidad; y siempre pueden surgir los imprevistos.
Hay tres relevos: la propiedad, la gestión y el liderazgo de la familia. En el relevo están implicados: el antecesor, la empresa, la familia y los continuadores. La incorporación de la próxima generación a la gestión es uno de los temas más críticos. ¿Hasta que punto dejar libertad o dirigir? No se ama lo que no se conoce. No pueden hacerse chantajes del tipo esto lo hago por ti. Hay que respetar la libertad, y si hay incorporación garantizar la formación adecuada y una experiencia fuera de la empresa familiar. A algunos se les puede pasar el arroz esperando el relevo. Para evitarlo tenemos el Pacto Sucesorio, que viene a ser como un testamento, pero irrevocable.
Solo tienen protocolo el 10% de las familias empresarias españolas. Un 75% consideran que es totalmente innecesario. Muchos imaginan que ha de ser la Biblia en verso, pero un protocolo puede estar condensado en cuatro hojas con las cuestiones fundamentales. Ha de ser adecuado a la dimensión de la empresa y de la familia; no ha de ser un cortar y enganchar de de otra empresa. Ha de actualizar-se en cada generación. Ha de quedar muy claro que lo importante no es el papel, sino el dialogo.
Una empresa puede iniciar su actividad basándose en una estructura formada por una cabeza que lo controla todo con sus tentáculos. Esto puede ser adecuado e incluso lo único factible en ese momento. Pero si la intención es dar continuidad a la empresa familiar, hemos de garantizar que desarrollamos las estructuras de gobierno adecuadas, porque no la empresa del fundador no es lo mismo que la de primos. Y hemos de tener en cuenta las respectivas dimensiones, no es lo mismo una empresa de 1 millón de facturación que de 100, ni una familia de 5 personas o de 50.
Para continuar es importante que los propietarios sean profesionales y responsables; es decir; implicados, formados y que aporten capacidades.
La empresa familiar no ha de ser una jaula dorada, un lugar de la que algunos propietarios querrían salir total o parcialmente y no pueden hacerlo. Hemos de encontrar formas de liquidez justa y viable, sin conflictos; porque la separación traumática puede acabar con la empresa y con la armonía familiar.
Si no queremos o no podemos continuar con la empresa familiar sólo nos quedan dos opciones: vender o cerrar. Pero éste será tema de otro artículo.

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