Antes de hablar de Businsess&Galets déjeme que haga una pequeña introducción. Las empresas familiares son lo normar, el 88% de las catalanas. Empresa y familia son dos realidades contrapuestas. La familia busca la felicidad de sus miembros, y se ha de regir por el amor; y en todo caso proteger al más desvalido. La empresa busca la creación de riqueza, y se ha de regir por la meritocracia, recompensando por los resultados. Lo peor es tratar a la familia como empresa y a la empresa como familia. Se ha de saber que sombrero se lleva en cada momento, si el de empresa o el de familia. En la mesa se ha de llevar el de familia.
Preguntas ¿qué es antes la empresa o la familia? es como preguntar si se quiere más al padre o a la madre. A parte de saber que dentro de cien años todos calvos, es importante tener como guía que a largo plazo lo que es bueno para la empresa es lo mejor para la familia.
Para que estas dos realidades contrapuestas empresa y familia, sumen es necesario establecer un diálogo sincero y empático entre las dos. Lo que es más fácil de decir que de hacer. Y la mesa del comedor es un buen lugar para iniciarlo. Es muy importante evitar que se levante un muro entre la empresa y la familia; se ha de planificar de que, cuando y como informar o pedir opinión a la familia en relación a la empresa.
Las comidas familiares son una de las ocasiones en las que aún se reúne toda la familia. Los móviles han de estar en silencio si queremos que haya comunicación. Conozco familias empresarias en las cuales está prohibido hablar en la mesa de la empresa, y otras en las que es el único tema. Una vez más, en el punto medio esta la virtud. La empresa no ha de ser ni un tema tabú ni monopolista de las conversaciones en la mesa familiar. La mesa familiar es un lugar ideal para transmitir valores, historia, ilusión del negocio familiar.
Se ha de prestar atención a no transmitir en relación con la empresa cansancio, problemas, dolores de cabeza … porque entonces se estará dando pie a uno de los principales retos a superar para la continuidad del negocio familiar: la desafección, el desinterés; sobre todo de las siguientes generaciones: ¿quién querrá ser empresario si todo lo que significa es cansancio y males humores? Se ha de trasmitir la ilusión y la pasión que requieren todo negocio. Las satisfacciones que supone, desde los materiales de ganar dinero, a las trascendentales como ayudar a otras personas a crecer dándoles empleo.
Pero no el comedor ni el dormitorio son la sala del consejo de administración. En primera generación es normal la confusión de mesa del comedor y del consejo, pero a medida que pasan las generaciones en más importante separar los encuentros familiares de las decisiones empresariales. Los temas de empresa se han de tratar con rigor. Han de estar presentes todas personas que corresponde. La información para la toma de decisiones ha de ser previa, suficiente y de calidad.
Hay que recordar que tenemos dos orejas y dos ojos y una sola boca, para escuchar y observar más de lo que hablamos. Pedid opinión al resto de la familia sobre los temas de empresa; en la mesa del comedor o fuera de ella. Talvez nos llevaremos una sorpresa si sabemos escuchar sin prejuzgar. Tal vez no sepan de finanzas o de producto, pero a lo mejor conocen el futuro mejor que nosotros, o al menos nos pueden aportar otro punto de vista.
Las mujeres empresarias y directivas tienen una gran ventaja sobre los hombres, porque además de Cheif Executive Officers de la empresa, suelen ser buenas Chief Emotional Officers de la familia. Y en la empresa familiar hay que gestionar las dos patas; la empresa y la familia.
En las familias empresarias puede haber incluso menos comunicación que en las no empresarias. Porque el carácter empresarial puede ser fuerte y acostumbrado a que no le lleven la contraria, sobre todo en la generación fundadora. Puede haber miedo a las consecuencias de manifestar la opinión, a lo mejor alguien se juega el patrimonio o el trabajo. Es necesario, por lo tanto, ser proactivos en hablar en sentido positivo, abierto y escuchando, de la empresa en casa.
Una de las cosas que yo hago es ayudar a las familias empresarias a hablar de la empresa, de su presente y de us futuro, De si vender, cerrar o continuar. De si hacerlo todos juntos o con podas. Pero he de reconocer que no lo hago en la mesa de Navidad, bien ni en diciembre, porque casa día tiene su afán. Y se ha de saber cuándo toca hablar de cada cosa.
Para acabar, desearos éxito en los negocios y felicidad en la familia. Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.