BUENAS INTENCIONES (Penedés Econòmic 20/02/23)

“El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”. Los padres y madres solemos tener buenas intenciones respecto al futuro de nuestros hijos e hijas. Deseamos que sean felices, que sean gente de provecho, que se ganen bien la vida, que sean buenas personas, que…. Y podemos desear que alcancen lo que nosotros no hemos tenido oportunidad o capacidad de alcanzar. Además, lo natural es que juzguemos su fututo de acuerdo con nuestras experiencias y visiones.

En más de una familia empresaria he visto hijos que han estudiado lo que querían sus padres en lugar de lo que ellos querían; que se han incorporado a la empresa familiar de forma dirigida mediante expresiones reiterada como “te ganarás la vida mejor”, “tienes una oportunidad que yo no he tenido”, o “esto lo hemos hecho por vosotros”, hechas con la mejor intención del mundo.

También me he encontrado con empresas familiares en las que todos los integrantes de la familia que trabajan ganan lo mismo, con independencia de las responsabilidades, dedicaciones y resultados de cada uno, con la buena intención de evitar diferencias que puedan dar pie a conflictos. L intención es buena, ya que se considera que todos los hijos son iguales.

También he visto empresas familiares en las que los negocios o departamentos son estancos, cada uno se dedica a su área sin meterse en la de los demás. La intención es buena: evitar comparaciones y conflictos. Un progenitor me dijo “si cada uno barre su trozo de acera la calle está bien limpia”.

Es cierto que se requiere superar pruebas para conducir un coche o efectuar una operación quirúrgica y no para ser progenitor o empresario. Pero eso no impide que sea recomendable tamizar nuestras buenas intenciones con el menos común de los sentidos, el sentido común, pensando a largo plazo y teniendo en cuenta el punto de vista presente y futuro de nuestros descendientes.

El sentido común dice que se ha de facilitar que los hijos conozcan y aprecien la empresa familiar, pero que son ellos los que con libertad responsable han de decidir qué relación quieren tener con la misma. También dice que las retribuciones ha de ser de mercado y en función de las responsabilidades y resultados.  Y que la empresa se ha de organizar de forma que no se pierda la visión estratégica del conjunto.

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