UN PASO AL LADO (Viaempresa 8/11/24)

El otro día un empresario «jubilado» me dijo «tienes que escribir como vivir una nueva etapa sin ir a la fábrica cada día del año».

Uno de mis primeros clientes me dijo que estaba jubilado y la empresa la llevaban sus hijos que no se acababan de entender. En la primera visita a fábrica mientras estaba a la sala de espera vi un despacho del cual no paraba de entrar y salir gente. Resulta que era lo del padre, con la mesa y estanterías llenas de papeles.

Un empresario de éxito puede tener muy fácilmente trabajo-adicción y ser un work-alcohólico. Lleva toda la vida dedicándose a una cosa que le gusta y para la que tiene traza. Beethoven no dejaron de componer música hasta que traspasó. Picasso y Miró lo hicieron con un pincel en la mano. Mike Jagger (81) todavía llena estadios, Warren Buffett (94) lidera Berkshire Hateway.

La esperanza de vida es cada día más larga, y en condiciones intelectuales y físicas cada vez mejores con relación a generaciones anteriores. Jubilarse es un hecho administrativo consistente al pasar de cotizar a la seguridad social a recibir una pensión de ella. Jubilarse no quiere decir necesariamente pasar a inactividad física y encefalograma plano. Una de las cuestiones a las cuales a de darse respondida es la de ¿qué haré?

Lo primero que tiene que hacer el empresario es planificar con antelación su relevo. Relevo quiere decir cohabitación –no siempre fácil- entre predecesor y continuadores, Continuadores en plural, por qué hay diferentes relevos y pueden recaer en diferentes personas. Relevo en la dirección, en el gobierno y en la propiedad. La recomendación es espaciarlos temporalmente.

Dejar gradualmente la gestión del día a día de la empresa es lo que hace más de uno de mis clientes; cada seis o doce meses reducen un día su asistencia semanal en el centro de trabajo. ¿Y que hacen con el tiempo libre? El golf no suele llenar todo el tiempo. Hay quién dedica parte del tiempo a actividades sociales como Cáritas o el Banco de Alimentos. Alguno crea un nuevo negocio, no competitivo; en un caso un huerto hidropónico con unos cuántos empleados. Pero también conozco alguien que continúa yendo a fábrica cada día, a hacer el mantenimiento de las máquinas originarias que ya pocos técnicos saben hacer. Hay quién se dedica a potenciar la patrimonial, hacer consultoría y/o formación como sujeto activo o pasivo (Miguel Ángel Gallo se ha sacado el grado de Bellas Artes con 90 años). Si el predecesor va a menudo a la empresa muy fácilmente los empleados le harán consultas o pedirán opinión, y si entra al trapo y contradice lo dicho por el continuador, ¿a quién harán caso?, ¿al hijo o al padre jubilado posible accionista mayoritario y quizás fundador? Conozco el caso de un hijo que reunió a los directivos y les dijo «escucháis a mi padre y tomáis buena nota de todo el que diga, porque sabe mucho; pero lo primero que me diga qué ha hecho algo porque lo ha dicho él será despedido».

Los conocimientos y experiencia del empresario se pueden aprovechar en el gobierno de la empresa propia -o en una ajena-, es decir en la decisión de la estrategia de la empresa y el control de la dirección. Se tiene que ser muy disciplinado por no entrar al terreno de juego del día a día de la empresa que se ha dirigido con éxito global durante muchos años. La presencia de independientes calificados en el gobierno ayuda.

Para dar un paso al lado se tiene que ser muy valiente y generoso; no hay soluciones mágicas y universales, cada uno tiene que encontrar su camino.

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