OBSERVAR (Expansión 16/2/25)

Saben aquel que diu que “En una partida de póquer has de mirar a todos los jugadores y si no ves quien es el primo es que eres tú”.

Tenemos tendencia a ajustar la realidad a nuestros prejuicios u objetivos. Es conocido el ejercicio consistente en unir con un máximo de cuatro líneas rectas, sin levantar el lápiz del papel, los cuadro vértices de un cuadrado, los cuatro puntos medios de cada lado y el punto central. Es conveniente salir del cuadro mental que nos limita.

Al observar interesa hacerlo con algo más que los ojos, al igual que en los icebergs, puede haber una buena parte de la realidad que no nos es visible. Por ejemplo, los sentimientos, siempre presentes cuando hay involucrada alguna persona.

Conviene observar los cambios de tendencias, las inflexiones en los ciclos. Es muy útil tener indicadores avanzados de tendencias y observar su comportamiento. Se denomina con el anglicismo “benchmark” a la observación de lo que hace la competencia, de lo que se hace en otros mercados y sectores en búsqueda de las mejores prácticas.

El espíritu del observador es esencial. Ha de ser abierto, aplazando los juicios, buscando lo positivo.  Un personaje, de ficción, famoso por sus dotes de buen observador es Sherlok Holmes, quien entre otras cosas dijo que “no hay nada más engañoso que un hecho evidente”. Los niños son muy curiosos y observadores, a medida que maduramos nos acomodamos y ponemos el piloto automático. Al igual que muchas otras habilidades, la capacidad de observación se puede entrenar. Con frecuencia se va al gimnasio a ejercitar el cuerpo físico y nos olvidamos de ejercitar y fortalecer el resto de aspectos de nuestro ser.

No hay peor ciego que el que no quiere ver”, y “todo es según el color del cristal con que se mira”. Antes de tomar una decisión hay que observar si tenemos toda la información, si la que tenemos es válida, y que se nos puede haber pasado por alto. Como dijo Confucio “pensar sin recoger datos es un peligro”. Para desvelar un enigma a menudo vale más observar con atención que buscar afanosamente.

Que la paja en el ojo ajeno no te impida ver la viga en el propio

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