Uno de los famosos viajes de Gulliver es al país de Liliput, donde los liliputienses, a pesar de ser seres minúsculos llegan a inmovilizarlo mientras duerme. Al despertar ve que lo observan con sorpresa y precaución. Lo mismo puede pasar con las empresas familiares, que se pueden ver lentamente inmovilizadas perdiendo su emprendimiento inicial y poniendo así en peligro su continuidad. Los liliputienses que observan con atención y sorpresa a la empresa familiar, paralizándola pueden ser muchos; desde los políticos y funcionarios, hasta los asesores o incluido propios accionistas o direccivos, entre otros.
La cada vez más inabarcable, si no contradictoria, legislación en el ámbito local, autonómico, central y europeo puede ralentizar hasta hacer inviables o caducos más de un proyecto empresarial. Dicen que en los Estados Unidos inventan, en China fabrican y a Europa legislamos. Además, los que tienen que interpretar desde la administración la ley pueden hacer realidad el principio daliniano del tiempo flexible, representado a la obra “la persistencia de la memoria”, relacionando con la teoría de la relatividad de Einstein. Quien no conoce algún caso de licencia de obras o actividad que parece que duerma el sueño de los justos hasta su resolución a calendas griegas.
Los asesores externos podemos ser otros de los liliputienses paralizadores de las empresas a fuerza de hacer durar los proyectos más allá de lo necesario, para no perder la teta. Es recomendable saber con antelación la duración prevista de los proyectos de asesoramiento y las posibles causas de modificación del calendario. Es fundamental recordar que su función no es tomar decisiones, estas son responsabilidad exclusiva de la dirección gobierno o propiedad de la empresa, según la cuestión que se trate.
Los directivos también pueden inmovilizar la empresa si les falta capacidad de liderazgo, resolución, conocimientos, o rigor metodológico, por ejemplo. Hay que ante el miedo a la responsabilidad por la toma de decisiones puede caer en el pecado de la parálisis por análisis. Los directivos tienen que tomar decisiones, con prudencia e incertidumbre.
Finalmente, la propiedad, directamente en la junta general o mediante el órgano de gobierno, puede suponer un freno por el excesivo respecto a la tradición o carencia de profesionalidad.
¿Está nuestra empresa familiar en el país de Liliput?