“Catalunya 2024” ha sido el foco del XIII Fórum FemCAT celebrado el pasado 12 de noviembre en el Palau de la Música Catalana, con ocasión del XX aniversario de la fundación de “la flor y nata” de buena parte del empresariado catalán, en el que había pocas mujeres y corbatas (15% de cada aprox), y al que tuve ocasión de asistir en la sesión matinal; del que la prensa ha dado suficiente cobertura, por lo que estas líneas son un resumen sui géneris comentado.
La utilización del legado como base para definir los valores y proyectar el futuro es acorde con el carácter de familia empresaria de la inmensa mayoría de socios. “Conocer el pasado para entender el presente y proyectar el futuro”. Los valores de la fundación son: innovación y emprendimiento, internacionalización y cohesión social.
El presidente Oriol Guixà, inició la sesión compartiendo la evolución 2004-24 de una serie de datos catalanes como el 45% de aumento del PIB, que se convierte en una caída del 10% por habitante debido al aumento de población de seis a ocho millones, que ha pasado de ser un 3% inmigrante al 17%, y que se refleja en una caída del 12% del consumo de los hogares por habitantes. Este empobrecimiento perjudica a la cohesión social. Las exportaciones han pasado de representar el 35% al 40% del PIB catalán. La economía catalana se está tercerizando ya que la industria ha caído del 27% al 19% del PIB, según dice por la falta de financiación, sistema energético deficiente, fallos en la formación profesional y enfoque de la administración pública. Ello pude ser la causa de la caída de la productividad en un 13% respecto a la UE, que la tiene un 20% inferior a EEUU. Se quejo de la hipertrofia normativa contradictoria y de la falta de sede de algún organismo internacional clave; aunque no lo comenta talvez debido, en parte, al procés; que entre bastidores algún asistente comenta tuvo como consecuencia bajas de socios y inspecciones fiscales con tintes de prevaricación.
En la inauguración oficial Josep Rull (presidente del Parlament) hizo un elogio de Jordi Cuixart, expresidente del Omnium Cultural, con quien compartió paseos carcelarios y de Muriel Casals, autora de la frase “nosotros somos el sueño”. Dijo que “las raíces milenarias hacen latir como nación que piensa en grande a pesar de las dificultades históricas”. Elogio también a Prat de la Riba, fundador de la Mancomunitat de Catalunya en 1914. Le encontré a faltar un reconocimiento de la paralización de la inversión y la tensión social ocasionada hasta la aplicación, con el apoyo del PSC, del 155. Dijo que uno de sus objetivos es regular desburocratizando. Comentó la importancia de la cultura del esfuerzo, las clases medias y el ascensor social basado en la formación. Parafraseo a Jordi Pujol diciendo que la cohesión social es necesaria para el futuro del país. Reclamo autoestima colectiva y soberanía y financiación para podernos liderar. En los aplausos de su discurso se escuchó un grito perdido de in-de-pen-den-cia.
En la mesa redonda de competitividad se comentó la nueva normalidad geopolítica y tecnológica consecuencia de la covid, la IA y otros factores. La cultura empresarial americana destaca por su sentido económico, administración ágil poco intervencionista, abertura al cambio, diversidad, responsabilidad individual del propio destino, ascensor social, innovación, 24/7, liderazgo por el mercado, educación en la autoestima, flexibilidad laboral, rapidez entre decisión y ejecución, productividad (5 días de vacaciones hasta los 10 años de antigüedad), educación alineada, externalización y facilidad para la creación y cierre de empresas. La IA mejorará la relación con los clientes (los call centers están muertos), la productividad y creatividad, automatizará la optimización de los procesos y creará nuevos productos y modelos de negocio. Dara superpoderes a las personas, eliminará las actividades de poco valor y a los programadores, incrementará el tiempo libre y la productividad; dará lugar a la renta universal. Atrae talento joven. Debe educarse para evitar el riesgo de ludismo. “No te quitar el trabajo la IA sino una persona que la use”. Hay que aprender a bailar con ella, en 10 años el 20% de los clientes serán máquinas. Se puede regular la IA, pero el mercado al igual que el agua encuentra su camino. Que nuestra calidad de vida traiga talento está bien, pero mejor tener talento que atraiga empresas.
En la mesa redonda sobre cohesión social se destacó el riesgo causado por la inmigración, la individualización y la reducción del tamaño de los hogares. En 10 años seremos 9 millones de catalanes (¿tendremos suficiente oferta de viviendas?). Sólo el 33% con 4 apellidos actualmente. El 40% de los nacidos son de madre extranjera. Es esencial lograr la cohesión lingüística, parece que la de tradiciones culturales será más difícil. La generación Z desconfía de los políticos y empresas, pero está comprometida con el mundo. El 65% de los trabajos futuros no existen, lo que aumenta la ansiedad. Los asistentes al encuentro no reflejan la diversidad de la población catalana; ¿lo hacen las empresas y sus equipos directivos? Según McKinsey ello aumenta el 33% la rentabilidad. Las empresas son el motor para romper prejuicios y patrones. El ascensor social requiere un previo aterrizaje social. El 33% de pobreza infantil en Catalunya es un preocupante predictor de problemas futuros. El representante del Casal del Raval dijo que “el que viene en patera tiene talento de narices, se juega la vida”, no hay que hablar de segunda generación inmigrante, y la educación preescolar debe ser gratuita desde los cero años por su importancia en la formación de la persona.
Al salir del Palau me encontré de frente con una tienda de “caganer.com” y ello me dio que pensar.